Hace años que la TV convencional se está yendo a la mierda. Vengo diciéndolo como mínimo desde hace unos 15 años. Recuerdo en mi niñez/adolescencia que la TV valía la pena: había programas de música, ciencia, películas, etc, y eran buena esa programación. Hoy no hay nada de todo eso: «reality shows», basura política, postverdad, noticieros con información totalmente sesgada y/o manipulada, etc. Ya prácticamente no veo nada, no vale la pena. Pero no solo en España; prácticamente en ningún otro país del mundo encuentras nada, salvo contadas excepciones. ¿Nos quieren estúpidos, tontos y fáciles de manipular, o es que quieren matar la televisión abierta y que solo exista la de pago?. Sea lo que sea, hoy en día, el contenido de interés está en youtube.
La audiencia de la televisión lineal cae en tres de los cuatro meses registrados en 2018 respecto a los mismos meses de 2017 mientras crecen el pago y el consumo en diferido
Fuente: La muerte de la TV tradicional en España: las audiencias tienden a caer por sexto año consecutivo
Y tú, ¿tienes tu amante?
Muchas personas tienen un amante y otras quisieran tenerlo. Y también están las que no lo tienen, o las que lo tenían y lo perdieron. Y son generalmente estas dos últimas, las que vienen a mi consultorio para decirme que están tristes o que tienen distintos síntomas como insomnio, falta de voluntad, pesimismo, crisis de llanto o los más diversos dolores.
Fuente: Hay que tener un amante
Cada dos horas y media, una persona se quita la vida en España. La estadística es tan brutal que convierte el suicidio en la primera causa de muerte no natural, con el doble de víctimas que los accidentes de tráfico.
Es el drama más silencioso, del que nadie quiere hablar. No provoca encendidas discusiones en televisión ni obliga a los políticos a pronunciarse. Pero el suicidio se lleva la vida de 4.000 españoles cada año. Sus familias han cargado durante siglos con un estigma que las obligaba a esconderse, como si arrastrasen una vergüenza. Algunos han dicho basta y se han agrupado para romper el tabú. No les importa compartir su dolor si eso sirve al menos para abrir un debate social. Estas son sus historias.
Fuente: Suicidio, el gran tabú | Documentos | EL PAÍS Semanal
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