Los de Convergència son muy inteligentes. Sin tener fuerza electoral, aún están en el poder con la «excusa independentista». ¿Alguien se cree que Convergència haya querido nunca verdaderamente la independencia de Cataluña? Fueron capaces de convencer a ERC para que les dieran su apoyo engañándoles con la excusa de la independencia (Juntspelsí). ¿Y dónde está ERC? Han desaparecido del mapa. Les dieron el poder en el dinero (en la parte económica), donde menos margen de maniobra había debido a los recortes y controles desde Madrid. Y encima consiguieron poner en contra a las dos izquierdas independentistas con los presupuestos: ERC y CUP. Magistral.
Apuesto a que hacen el referendum, sale no y en las siguientes elecciones gana Convergència, negocia cuatro migajas con Madrid (como años ha) y hasta consiguen que amnistíen al «Pujol». Magistral.
Ilustración de portada del libro «Ganar o morir. Lecciones políticas en Juego de Tronos» (Akal)
Hace unos días comentaba en este blog la estrategia que había adoptado el PSOE después del intento fallido de investidura de Pedro Sánchez y su pacto con Ciudadanos, y emplazaba al lector a la espera de la estrategia que tomaría Podemos ante ese ataque que estaba recibiendo.
Después de unos días de vacaciones con la semana santa de por medio, las formaciones políticas con aspiración a gobernar en España han vuelto a la arena política. Y la sorpresa es el último movimiento de Podemos, que tiene una lógica muy interesante y que paso a analizar.
Esta semana se conocía que el déficit del Reino de España se disparó alrededor de un punto porcentual en el año 2015. Cómo no iba a ser así, si el PP lo había dejado todo perfectamente preparado para el próximo que gobernara el país. El PP, viendo que lo tenía difícil para seguir gobernando y pensando que lo más probable es que gobernara el PSOE con el apoyo de alguna de las nuevas formaciones políticas (Podemos y/o Ciudadanos), aprueba los presupuestos de 2016 y «se pasa» en el déficit. Un plan perfecto (no sé si negociado o no con «Europa»), ya que dejaría al nuevo gobierno atado de manos en lo económico debido al nuevo recorte que se le presentaría por parte de «Europa». Esto debilitaría su gobierno y allanaría el camino para que en la próxima legislatura volviera el PP al poder (dándole además tiempo para regenerarse de tanta corrupción como tiene).
El plan era perfecto, pero no contaba en que se tardaría tanto tiempo en investir un presidente. Y han salido los números ahora, justo en medio de un huracán de corrupción del mismo partido y aún sin presidente.
Otro factor que hay que añadir es el futuro negro de la economía a nivel mundial, lo que hace temer que esa recuperación de la economía española vuelva a caer a niveles de los anteriores años de crisis.
Y en medio de todo eso, Podemos abre la posibilidad a su abstención para facilitar el gobierno de PSOE + Ciudadanos. La mejor opción, viendo la problemática que va a tener esta próxima legislatura. PSOE y Ciudadanos van a tener que enfrentarse a un escenario otra vez de recortes, con probables subidas de impuestos obligadas por Europa y creación de más paro.
Eso facilitaría un gobierno en minoría y prácticamente apoyos que podría caer en poco tiempo con una moción de censura. El debilitamiento del PSOE, que comenzó con los recortes de Zapatero, llegaría a su máximo nivel, y Ciudadanos también quedaría muy tocado por sus promesas de empleo y bajadas de impuestos.
Entonces, ante el escenario de unas nuevas elecciones antes de 2020, Podemos lo tendría muy fácil, ya que le sobrarían argumentos para conseguir el voto del simpatizante del PSOE, «pasokizándolo» y convirtiéndolo en una fuerza minoritaria.
Además, esa abstención vendría avalada por sus bases, ya que han acordado preguntar a la militancia antes de tomar cualquier decisión política de importancia. Según las últimas encuestas (al votante de Podemos ve con buenos ojos un acuerdo con PSOE) y el astío que se empieza a notar en la ciudadanía de tanto lío político, los votantes de Podemos creo que aprobarían dicha abstención, o al menos la verían con buenos ojos.
Sinceramente creo que es una jugada maestra por parte de Podemos, ya que esto les llevaría en un futuro a una posición en la que definitivamente se convertirían en la segunda fuerza política española, y en unas hipotéticas elecciones, y si lo siguen haciendo tan mal PSOE y PP (corrupción), a una victoria electoral.
Ha quedado clara la estrategia del PSOE: recuperar fuelle para unas futuras elecciones.
Si al final no puede llegar a la gran coalición con el PP (asistido por el bálsamo de Cs) porque sabe que eso sería su perdición política, tendrá que buscar otra alternativa: crecer. Y para crecer en votos en unas futuras elecciones hay que ir a buscarlos al sitio a donde se le escaparon estos últimos años: al partido Podemos.
Ya lo apuntaba la semana antes de las dos sesiones de investidura fallidas, cuando el PSOE realiza el ardid de la negociación en paralelo. Mientras ya lo tiene prácticamente atado con Cs, va mareando la perdiz con Podemos… tú me llamas, no, ya te llamo yo… nadie se sienta a negociar porque de hecho, en el PSOE no se quiere negociar. Cuando al fin consiguen sentarse PSOE y Podemos, al día siguiente anuncian el pacto con Cs y se realiza todo el show de la firma del acuerdo ante cámaras y medios de comunicación. Obviamente, esa tarde Podemos ya no se sienta a negociar. Es lógico, ¿cómo te vas a sentar a pactar con un partido que te ha sido «infiel» y «se ha ido a la cama» con otro (y además, de otra ideología!)?
Esa misma tarde, como si estuviera escrito o pensado días antes, Antonio Hernando hace estas declaraciones:
En éllas acusa a Podemos de mentir en reiteradas ocasiones (cuando luego se demuestra que no era así -indemnizaciones por despido, por ejemplo) y de votar «lo mismo que el Partido Popular». Se trata de encasillar a Podemos con el PP, de demonizarlos ante el electorado del PSOE e intentar aparecer como los salvadores de España ante el diabólico PP+Podemos, porque ellos sí que pactan, pactan por el cambio (aunque sea con la ayuda de Cs). «Son éllos los que quieren que el PP y Mariano Rajoy sigan en el gobierno», dice Hernando, cuando nadie diría que Podemos sea un partido que quiera que el PP continue en el gobierno. Comenta también que siguen negociando con el resto de «formaciones del cambio» para llegar a un acuerdo, que no resulta cierto, ya que todos los demás también abandonaron las negociaciones el mismo día (excepto los canarios), cosa que además quedaría demostrada días después en la votación de investidura. Se deduce que se trata de una táctica electoral para denostar al adversario y así intentar mejorar posición de cara a unas próximas elecciones: decimos que vamos a negociar con todos pero al final, solo hemos podido llegar a un acuerdo con Cs, por lo tanto, los demás apoyan al PP.
El líder de los socialistas señala que “cualquier candidato que desee intentar su investidura deberá contar con más de los 130 diputados que sumamos nosotros”
En la entrevista que El País le ha hecho hoy a Pedro Sánchez, éste abunda en la estrategia de ir directamente a por Pablo Iglesias acusándole de líneas rojas, de odio y rencor, de imponer una estructura de gobierno, de no querer un gobierno de cambio, de querer acabar con la división de poderes y de romper la integridad de España, de ser la «tabla de salvación de Rajoy» y traicionar a sus votantes, etc, mientras él se presenta como una persona que busca consenso (con Cs), de estar en un partido que busca una posición central y ser la alternativa al PP (ya que, según él, la suma de izquierdas no da y hay que hacer un gobierno «transversal»). También dice que «cualquier candidato que desee intentar su investidura deberá contar con más de los 130 diputados que sumamos nosotros (PSOE+Cs)», con lo se descarta cualquier acuerdo con Podemos y además cierra la puerta a cualquier otro tipo de pacto para una legislatura (no sale ningún otro número).
La estrategia de momento parece que está funcionando, sobre todo porque ha «calentado» al líder de Podemos y ha hecho que se saliera de sus casillas en la investidura, cosa que el PSOE ha aprovechado para sacar el máximo rédito electoral, sobre todo en esta entrevista de Sánchez en El País, medio de comunicación frecuentado por el votante tradicional del PSOE.
Ante los peores resultados que ha obtenido el PSOE desde la transición, parece que ésta es la última baza que está jugando para volver a tener el peso del que gozó históricamente en la política española. Veremos qué estrategia adopta ahora Podemos para contrarrestar estos ataques del PSOE, que aunque parezcan inofensivos (el buenismo con el que envuelve siempre Pedro Sánchez sus declaraciones), vienen cargados con mucha potencia y con la intención clara de aniquilar a su enemigo al precio que sea.
Cuando surgió Podemos, tanto PP como PSOE se inquietaron por el alcance que lograron en tan poco tiempo. Pero con el surgimiento y ascenso en los últimos meses de Ciudadanos, el bipartidismo español respira más tranquilo. Tanto PP como PSOE creían que uno de los dos ganaría sin mayoría absoluta, y podrían negociar la investidura de su candidato con el apoyo de Ciudadanos, tal y como en las elecciones municipales y autonómicas quedó demostrado. Ciudadanos se convirtió en la «muleta» del bipartidismo, cojo desde el surgimiento de Podemos.
Después del debate del 7D de Atresmedia, solamente queda otro debate (de momento): el de Rajoy y Sánchez, el del bipartidismo.
Pero con lo mal que lo ha hecho Pedro Sánchez en este debate, Rajoy y el PP se frotan las manos. ¿Por qué? Pues porque ahora van a ir a por todas contra el PSOE. Hoy se ha podido ver perfectamente en el mítin de Rajoy. Y una vez denostado su eterno rival, les queda el camino libre para viajar hacia la segunda investidura consecutiva de Rajoy con la ayuda de Ciudadanos. El establisment respira tranquilo.
Pedro Sánchez estuvo tan descolocado en el debate que el día después en los mítines de campaña aún estaba contestando a las críticas recibidas durante el debate, pues no supo reaccionar en el momento. Y ahora lo vemos gritando -literalmente- las bondades de su partido en el pasado, sin ninguna propuesta solvente de futuro. Bueno sí, mover el Congreso a Barcelona con la intención de solucionar el problema en Cataluña, que a parte del coste absurdo que tendría, es menospreciar y entender muy poco lo que allí está pasando.
Pablo Iglesias se lo comió. Muchas veces, la única reacción de Pedro Sánchez ante las críticas era una tenebrosa sonrisa nerviosa que atemorizaba hasta al Joker de Batman. Hoy se podía escuchar a Felipe González ayudándole en los mítines, hablando de Venezuela y Grecia. Bien, que sigan así, porque la caída del PSOE también va a seguir mientras asciende Podemos en forma de trasvase de votos.