Ilustración de portada del libro «Ganar o morir. Lecciones políticas en Juego de Tronos» (Akal)
Hace unos días comentaba en este blog la estrategia que había adoptado el PSOE después del intento fallido de investidura de Pedro Sánchez y su pacto con Ciudadanos, y emplazaba al lector a la espera de la estrategia que tomaría Podemos ante ese ataque que estaba recibiendo.
Después de unos días de vacaciones con la semana santa de por medio, las formaciones políticas con aspiración a gobernar en España han vuelto a la arena política. Y la sorpresa es el último movimiento de Podemos, que tiene una lógica muy interesante y que paso a analizar.
Esta semana se conocía que el déficit del Reino de España se disparó alrededor de un punto porcentual en el año 2015. Cómo no iba a ser así, si el PP lo había dejado todo perfectamente preparado para el próximo que gobernara el país. El PP, viendo que lo tenía difícil para seguir gobernando y pensando que lo más probable es que gobernara el PSOE con el apoyo de alguna de las nuevas formaciones políticas (Podemos y/o Ciudadanos), aprueba los presupuestos de 2016 y «se pasa» en el déficit. Un plan perfecto (no sé si negociado o no con «Europa»), ya que dejaría al nuevo gobierno atado de manos en lo económico debido al nuevo recorte que se le presentaría por parte de «Europa». Esto debilitaría su gobierno y allanaría el camino para que en la próxima legislatura volviera el PP al poder (dándole además tiempo para regenerarse de tanta corrupción como tiene).
El plan era perfecto, pero no contaba en que se tardaría tanto tiempo en investir un presidente. Y han salido los números ahora, justo en medio de un huracán de corrupción del mismo partido y aún sin presidente.
Otro factor que hay que añadir es el futuro negro de la economía a nivel mundial, lo que hace temer que esa recuperación de la economía española vuelva a caer a niveles de los anteriores años de crisis.
Y en medio de todo eso, Podemos abre la posibilidad a su abstención para facilitar el gobierno de PSOE + Ciudadanos. La mejor opción, viendo la problemática que va a tener esta próxima legislatura. PSOE y Ciudadanos van a tener que enfrentarse a un escenario otra vez de recortes, con probables subidas de impuestos obligadas por Europa y creación de más paro.
Eso facilitaría un gobierno en minoría y prácticamente apoyos que podría caer en poco tiempo con una moción de censura. El debilitamiento del PSOE, que comenzó con los recortes de Zapatero, llegaría a su máximo nivel, y Ciudadanos también quedaría muy tocado por sus promesas de empleo y bajadas de impuestos.
Entonces, ante el escenario de unas nuevas elecciones antes de 2020, Podemos lo tendría muy fácil, ya que le sobrarían argumentos para conseguir el voto del simpatizante del PSOE, «pasokizándolo» y convirtiéndolo en una fuerza minoritaria.
Además, esa abstención vendría avalada por sus bases, ya que han acordado preguntar a la militancia antes de tomar cualquier decisión política de importancia. Según las últimas encuestas (al votante de Podemos ve con buenos ojos un acuerdo con PSOE) y el astío que se empieza a notar en la ciudadanía de tanto lío político, los votantes de Podemos creo que aprobarían dicha abstención, o al menos la verían con buenos ojos.
Sinceramente creo que es una jugada maestra por parte de Podemos, ya que esto les llevaría en un futuro a una posición en la que definitivamente se convertirían en la segunda fuerza política española, y en unas hipotéticas elecciones, y si lo siguen haciendo tan mal PSOE y PP (corrupción), a una victoria electoral.