Todas las entradas de: opium

La idiotización de la sociedad como estrategia de dominación

La idiotización de la sociedad como estrategia de dominación

Muchas novelas distópicas han tratado estos temas, pero aunque todas parecían estar muy lejanas a la realidad, cada vez me doy cuenta que la realidad actual se empieza a parecer demasiado a esas novelas distópias (1984, Un mundo feliz, Fahrenheit 451, etc).

La gente está imbuida hasta tal extremo en el sistema establecido, que es incapaz de concebir alternativas a los criterios impuestos por el poder.   Para conseguirlo, el poder se vale del entr…

Fuente: La idiotización de la sociedad como estrategia de dominación

Puigdemont no será «president»

No, no lo será. Si regresara, va a la cárcel. Si intentara que lo elijieran por voto delegado o por videoconferencia, seguiría el 155 y eso llevaría a unas posibles nuevas elecciones. Pero a Convergència no le interesa que haya nuevas elecciones, porque ya tiene lo que quería: ser la primera fuerza nacional-catalana superando a ERC. Esto hacía tiempo que no ocurría, porque aunque hubiera ido junto a ERC con JxSí, en los sondeos siempre daban a ERC la victoria.

Convergència no puede perder la oportunidad de seguir gobernando como lleva haciendo desde 2010 cuando Artur Mas ganara las elecciones (con el apoyo del PP). Y si el gobierno español no quiere a Puigdemont como «president», algo inventarán, han desmostrado ser muy creativos. Ya se oyen rumores de que la posible candidata a presidenta en sustitución a Puigdemont sería Elsa Artadi, candidata de Junts per Catalunya y directora de campaña en estas últimas elecciones.

Con tal de seguir en el poder, está claro que Convergència es capaz de hacer cualquier cosa: desde ondear la estelada para ocultar los recortes y la corrupción, el «paso al lado» que tuvo que dar Artur Mas, la candidatura conjunta con ERC (JxSí), la huída de Puigdemont a Bruselas, hasta el sacrificio político de Puigdemont. Lo que sea por seguir en el poder y continuar tapando la corrupción del 3% (aunque con el «cas Palau», hasta Artur Mas ha tenido que apartarse aún más del partido).

Y la estrategia sigue funcionándoles a las mil maravillas. Eso sí, con la inestimable ayuda de la televisión y radio públicas de Cataluña (TV3 y CatRadio), como ya se ha comentado otras veces.

C’s devora al PP y se pondría casi a la par con el PSOE en unas elecciones generales en 2018

C's devora al PP y se pondría casi a la par con el PSOE en unas elecciones generales en 2018

En un momento de urgencia social, pobreza, precarización laboral, etc, la gente vota derecha (ahora, la de «sabor naranja»). Pero no me extraña, puesto que la presión de los medios de comunicación es brutal, siendo que a día de hoy casi no hay ninguno a nivel nacional que tan siquiera hable un poco de la izquierda (digo la real, no del PSOE).

Esto nos da a entender por un lado que la gente es fácilmente manipulable por los medios de comunicación, y por otro, que la gente ya ha tirado la toalla y pasa completamente de votar (aumento de la abstención). Perfecto, el resultado que se espera en un sistema de «democracia neoliberal»: en EE.UU. o Chile, por poner dos ejemplos claros, vota alrededor de 40% en las elecciones presidenciales. Más de la mitad de la población ha perdido la esperanza de que se puede hacer algo para balancear un poco el poder y revertirlo a las clases más bajas. Al final, el poder es el poder, y nadie va cambiar nada (véase la abstención del PSOE en las elecciones de 2016 para que gobernara el PP).

El triunfo del individualismo y la insolidaridad, el pensar en uno mismo y no preocuparse por nadie, cuando la sociedad humana ha llegado hasta hoy justamente basándose en la colaboración social.

No sé a dónde nos va a llevar este modelo egoísta, insolidario e individualizador, pero me temo que a nada bueno.

Ciudadanos se consolida como la fuerza política emergente de la derecha español, y superaría los cinco millones de votos en España si se adelantasen los comicios, mientras que la izquierda registra una profunda desmovilización de sus electores, y casi millón y medio de ellos se abstendrían, según las estimaciones de Jaime Miquel y Asociados (JM&A) para Público.

Fuente: C’s devora al PP y se pondría casi a la par con el PSOE en unas elecciones generales en 2018

Juego de tronos versión catalana

¿Qué está ocurriendo a día de hoy en el juego de poder que hay en Cataluña?

Como ya he comentado en artículos anteriores, Convergència (CiU, CDC, PDeCat, etc… -cuando un partido cambia tanto de nombre, algo no va muy bien) ha hecho lo que ha hecho para mantener el poder, para seguir controlando Cataluña como si fuera su chiringuito playero (mejor que «cortijo», dada la geografía) donde cobrar el 3% por todo lo que le pasara entre las manos era habitual; con casi todos sus tesoreros imputados por temas de corrupción; y con Jordi Pujol, presidente de la Generalitat durante 23 años, y toda su familia investigados también por corrupción. En este aspecto compite con el PP al premio a partido más corrupto de Europa.

A día de hoy, la problemática subyace en el pulso de poder entre Convergència y ERC por la dirección del gobierno catalán. ERC nunca ha tenido un liderazco capaz de llevar todo esto del «prusés» adelante, y cuando se vió con posibilidades de gobernar, cedió esa responsabilidad a Convergència. Claro que Convergència no se lo ha encontrado porque sí, si no que de hecho Convergència ha sido la instigadora y orquestadora de todo el asunto, como comentaré en próximos artículos. Pero a modo de resumen, todo empieza cuando el PP gana las elecciones de 2011 con mayoría absoluta, y al no poder negociar nada para conseguir migajas, Convergència, con Artur Mas a la cabeza, inicia el «camino a Ítaca» para ocultar los recortes que iba a hacer en los próximos años. Tampoco tuvieron muchos escrúpulos para llevarlos a cabo, dada su «vena» neoliberalista (la mayoría de miembros del antiguo gobierno habían estudiado en universidades estadounidenses, como pertoca a los miembros de la burguesía conservadora catalana). No les tembló el pulso a la hora de recortar pagas extras a los funcionarios (a mí aún me deben una parte de la de 2012) y privatizar edificios (los vendía y luego los realquilaban!), aguas municipales y públicas, etc. ¿Qué mejor que usar una «señera» para ocultar todo esto? Y claro, como ERC subía y subía elección tras elección, que mejor que invitarles a unirse a ellos para así, seguir teniendo el poder: no olvidemos que según las encuestas, en las elecciones de 2015, ERC hubiera conseguido la victora, pero el miedo a llevar el rumbo del «barco a Ítaca» dejó el timón a Convergència, que continuó a la suya, eso sí, cediendo la consellería de economía a ERC; la consellería donde menos margen de maniobra tenía ERC y, debido al recorte presupuestario de Madrid, la consellería donde si seguían haciendo recortes, los perjudicados de cara a la población era la propia ERC: una jugada maestra de Convergència.

Por estos motivos, Convergència, que ya empezó la pre-campaña electoral desde Bruselas para el 21-D, ha estado intentando volver a repetir una alianza con ERC. La jugada es buena se mire por donde se mire para Convergència, pues pone entre la espada y la pared a ERC, que siguiendo con un líder que no se atreve a gobernar (que ahora está en la cárcel, y tienen a una lideresa peor aún, mintiendo sobre el uso de la fuerza, etc) y ante los resultados de las últimas encuestas que la dan como ganadora,  no tenía más remedio que aceptar el órdago o ir a por todas y atreverse a gobernar de una vez. Y si al final ERC no consiguiera las alianzas necesarias y acabara en la oposición, Convergència se lo recordaría toda la vida: «el partido que al no ir unidos dejó perder la oportunidad de conseguir -implementar mejor, porque dicen que está vigente- la independencia de Cataluña».

En cualquier caso, ahora está claro que ERC irá sola a las elecciones, y con las encuestas de cara, va a tener que gobernar sí o sí… siempre que Ciudadanos se lo permita, pues no paran de subir en las encuestas, y aunque todos sabemos que éstos luego se deshinchan en las elecciones generales, en las elecciones catalanas ha sido siempre justo al contrario. ¿Y si ganara Ciudadanos las elecciones?

Una duda que me salta a la mente una y otra vez estos días: si habían declarado la independencia y querían continuar «sí o sí», ¿por qué los partidos independentistas se presentan a unas elecciones que ha «convocado» el gobierno español? A lo mejor es que nunca han querido de verdad proclamar la independencia de forma unilateral y han montado todo este circo para simplemente seguir en el poder.

Y en toda esta formación de bloques (155 – indepes), los mayores perjudicados han sido los comunes y las CUP, justamente los que proponían medidas sociales para rescatar a una población destrozada con más de 10 años de crisis y recortes, con privatización de sanidad (Cataluña siempre ha sido la más avanzada en ello –confirmado hasta por gente de ERC), con paro que a duras penas baja del 20%, con subidas de la electricidad que en España se paga a precio de oro para enriquecer a unos cuantos, etc. ¡La polarización les ha venido de perlas! Sí, pero no a los más vulnerables, si no a los de siempre. Parece que estuviera hecho a posta. Cuando polarizas de esta forma y no cabe la discrepancia, todo lo demás muere, pues se han encendido las emociones de la gente usado métodos provenientes de la publicidad para manipular sin ningún miramiento a la población. Y para esto, la televisión pública catalana ha sido el vector inductor.

Con este escenario, el juego de tronos catalán prepara la apertura de la siguiente temporada con más de lo mismo, pero diferente, porque nunca hay nada igual. Solo queda responder a la incógnita:

¿Quién «morirá» en el siguiente episodio?

Ejemplo de intento de manipulación mediática de La Sexta para generar opinión

Tensión entre Mamen Gurruchaga y Juan Carlos Monedero en directo:

La Sexta intentando poner en el imaginario de la opinión pública información para modificar dicha opinión pública. Es exactamente como lo hace TV3. Siempre he dicho que TV3 copiaba a La Sexta, pero ahora han cambiado las tortas y es La Sexta quien copia a TV3 las técnicas de manipulación mediática. Al final, todo para polarizar la política con el tema catalán, no hablar de lo que realmente importa (todos sabemos que Cataluña no se va a independizar, al menos en los próximos 10 años), y de paso intentar cargarse al único partido que podría hacer algo.

«Se puede usted enfadar conmigo todo lo que quiera», ha replicado la periodista.

Fuente: Tensión entre Mamen Gurruchaga y Juan Carlos Monedero en directo: «Sed serios, Mamen»

Lo que realmente pasó en el parlamento catalán el 10-O

28 09 2016 Carles Puigdemont afronta la cuestion de confianza en el Parlament de Catalunya Puigdemont con Artur Mas FOTO FERRAN SENDRA

Iban a hacer la declaración de independencia, pero minutos antes de la hora acordada, cambiaron el guión. La CUP se quedó atónita y dijo que iba a suspender su presencia en el parlamento. Puigdemont hizo un discurso confuso donde declaró la independencia y la suspendió segundos después. La gente en las calles también se quedó atónita y se fue a casa entre lloros y caras marcadas por la perplejidad. ¿Qué ocurrió?

Ocurrió que el Pdecat (ex-CIU) nunca quiso la independencia, básicamente porque sabía que era imposible. Ya había salido hace unos días Artur Mas dando información confusa a medios internacionales sobre la (no) viabilidad de la declaración unilateral de independencia (DUI). El 10-O se le vió en el parlamento tutelando en todo momento a Puigdemont (su «delfín»). Se ve claramente quien está realmente controlando el gobierno catalán y sus decisiones en la sombra. Justo al finalizar la sesión en el parlamento, sale a la calle y hace unas declaraciones en directo para la BBC diciendo que han recibido presiones internacionales para que se negocie con el gobierno español (aun decepcionando a mucha gente), y que para eso necesitan tiempo.

Hay que recordar que Puigdemont, según la ley que aprobaron, debía cumplir el mandato salido del referéndum del 1-O en el que ganó de el «Sí» a la independencia. Con la declaración del otro día, Puigdemont no solo no cumple las leyes que aprobó el parlamento catalán del que es presidente, si no que además decepciona a cientos de miles de personas que esperaban en las calles la declaración oficial la independencia catalana (DUI) y empezar la celebración: decepción y todos a casa.

Personalmente creo que estamos viviendo la desarticulación del proceso de independencia, iniciado en 2012 por CIU (ahora Pdecat) para presionar al gobierno español debido a que no podía conseguir dinero por la mayoría absoluta que habían obtenido hacía poco tiempo el PP (y con el que estaban acostumbrados a negociar). Hasta creo que lo de las empresas que «se van», también está hasta cierto punto «orquestado» (al menos de las grandes). Digo que «se van», porque todo eso de cambiar su domicilio social es algo fácil de hacer y que no implica nada (si se paraliza todo el proceso, en menos de 24h horas seguro que vuelven a cambiarlo). Es una forma de generar miedo en la gente (se vio con las colas de gente para mover su dinero en ciudades de los alrededores de Cataluña).

CIU nunca quiso una independencia real, pero agitó su bandera para seguir en el poder. Y a eso no hay que restarles méritos pues siguen controlando más de la mitad del gobierno catalán y ostentan la presidencia. Y eso que según las últimas encuestas serían la tercera o cuarta fuerza catalana, pasando a ser casi irrelevantes como lo son ahora PP o PSOE. La primera sería ERC, un partido que sabe que podría ser primera fuerza desde 2015, pero que debido a su clara falta de liderazco o miedo escénico, no ha tenido el valor para tomar las riendas y las futuras decisiones de Cataluña.

Todo se resume en una especie de «juego de tronos» entre el gobierno español, el conglomerado independentista y el resto de los partidos políticos, que no pierden la oportunidad de sacar tajada del conflicto.

¿Atado y bien atado? Quien sabe, pero lo que se atisba a ver es que con la inminente aplicación del artículo 155 de la constitución española y sin el ansiado apoyo internacional ni europeo, a Puigdemont solo le quedan dos opciones: proclamar la DUI o convocar elecciones que reorganicen la representación parlamentaria de los nuevos escenarios políticos que se están formando debido a los últimos acontecimientos. Y con casi total seguridad, el escenario serán unas elecciones con el consiguiente pinchazo del movimiento independentista.