Ha quedado clara la estrategia del PSOE: recuperar fuelle para unas futuras elecciones.
Si al final no puede llegar a la gran coalición con el PP (asistido por el bálsamo de Cs) porque sabe que eso sería su perdición política, tendrá que buscar otra alternativa: crecer. Y para crecer en votos en unas futuras elecciones hay que ir a buscarlos al sitio a donde se le escaparon estos últimos años: al partido Podemos.
Ya lo apuntaba la semana antes de las dos sesiones de investidura fallidas, cuando el PSOE realiza el ardid de la negociación en paralelo. Mientras ya lo tiene prácticamente atado con Cs, va mareando la perdiz con Podemos… tú me llamas, no, ya te llamo yo… nadie se sienta a negociar porque de hecho, en el PSOE no se quiere negociar. Cuando al fin consiguen sentarse PSOE y Podemos, al día siguiente anuncian el pacto con Cs y se realiza todo el show de la firma del acuerdo ante cámaras y medios de comunicación. Obviamente, esa tarde Podemos ya no se sienta a negociar. Es lógico, ¿cómo te vas a sentar a pactar con un partido que te ha sido «infiel» y «se ha ido a la cama» con otro (y además, de otra ideología!)?
Esa misma tarde, como si estuviera escrito o pensado días antes, Antonio Hernando hace estas declaraciones:
En éllas acusa a Podemos de mentir en reiteradas ocasiones (cuando luego se demuestra que no era así -indemnizaciones por despido, por ejemplo) y de votar «lo mismo que el Partido Popular». Se trata de encasillar a Podemos con el PP, de demonizarlos ante el electorado del PSOE e intentar aparecer como los salvadores de España ante el diabólico PP+Podemos, porque ellos sí que pactan, pactan por el cambio (aunque sea con la ayuda de Cs). «Son éllos los que quieren que el PP y Mariano Rajoy sigan en el gobierno», dice Hernando, cuando nadie diría que Podemos sea un partido que quiera que el PP continue en el gobierno. Comenta también que siguen negociando con el resto de «formaciones del cambio» para llegar a un acuerdo, que no resulta cierto, ya que todos los demás también abandonaron las negociaciones el mismo día (excepto los canarios), cosa que además quedaría demostrada días después en la votación de investidura. Se deduce que se trata de una táctica electoral para denostar al adversario y así intentar mejorar posición de cara a unas próximas elecciones: decimos que vamos a negociar con todos pero al final, solo hemos podido llegar a un acuerdo con Cs, por lo tanto, los demás apoyan al PP.
El líder de los socialistas señala que “cualquier candidato que desee intentar su investidura deberá contar con más de los 130 diputados que sumamos nosotros”
En la entrevista que El País le ha hecho hoy a Pedro Sánchez, éste abunda en la estrategia de ir directamente a por Pablo Iglesias acusándole de líneas rojas, de odio y rencor, de imponer una estructura de gobierno, de no querer un gobierno de cambio, de querer acabar con la división de poderes y de romper la integridad de España, de ser la «tabla de salvación de Rajoy» y traicionar a sus votantes, etc, mientras él se presenta como una persona que busca consenso (con Cs), de estar en un partido que busca una posición central y ser la alternativa al PP (ya que, según él, la suma de izquierdas no da y hay que hacer un gobierno «transversal»). También dice que «cualquier candidato que desee intentar su investidura deberá contar con más de los 130 diputados que sumamos nosotros (PSOE+Cs)», con lo se descarta cualquier acuerdo con Podemos y además cierra la puerta a cualquier otro tipo de pacto para una legislatura (no sale ningún otro número).
La estrategia de momento parece que está funcionando, sobre todo porque ha «calentado» al líder de Podemos y ha hecho que se saliera de sus casillas en la investidura, cosa que el PSOE ha aprovechado para sacar el máximo rédito electoral, sobre todo en esta entrevista de Sánchez en El País, medio de comunicación frecuentado por el votante tradicional del PSOE.
Ante los peores resultados que ha obtenido el PSOE desde la transición, parece que ésta es la última baza que está jugando para volver a tener el peso del que gozó históricamente en la política española. Veremos qué estrategia adopta ahora Podemos para contrarrestar estos ataques del PSOE, que aunque parezcan inofensivos (el buenismo con el que envuelve siempre Pedro Sánchez sus declaraciones), vienen cargados con mucha potencia y con la intención clara de aniquilar a su enemigo al precio que sea.
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